Hoy nos adentramos en Late Night With The Devil, la genial cinta de los hermanos Cairnes que he tenido la gloriosa oportunidad de ver en el 56º Festival Internacional de Cinema Fantástic de Catalunya.
Como habéis leido en la introducción, este año he podido viajar por primera vez, gracias a un detalle al que les estaré eternamente agradecidos a mis padres, al festival de Sitges, donde he podido vivir tres dÃas de puro disfrute donde mi pasión se ha visto amplificada más que nunca. Tres dÃas que se resumen en quince pelÃculas vistas (espero hablaros de alguna más si el tiempo me lo permite), muchos trotes del Retiro al Auditori, muchas "compritas" cinéfilas y mucha buena gente que ha hecho que esos tres dÃas fueran simplemente impresionantes. Aprovecho para mandar un fuerte abrazo a aquellos y aquellas que me han parado, han conversado conmigo o simplemente me han saludado. Sabéis quienes sois y os llevo en el "corazoncito" a todos y todas.
Es evidente que, al ser mi primera vez en el festival, ciertas pelÃculas verán su visionado afectado, de manera positiva, por mi ilusión de estar allÃ. Sin embargo, todos mis sentimientos hacia Late Night With The Devil se encuentran aislados de esa pizca de subjetividad (teniendo en cuenta que toda reseña escrita cae inevitablemente en la perspectiva y juicio del autor). La cinta australiana fue la última que và en el maratón de Auditori junto a:
Vermin: La Plaga
Cuando Acecha La Maldad
The Childe
Sleep
Incluso con cuatro pelÃculas a mis espaldas, más otras tres que habÃa visto por la mañana, no fue nada que me hiciera disfrutar menos de esta absoluta maravilla.
Dicho esto, ¿que tiene esta producción para haber impactado tanto al que os escribe? Primero de todo, estamos ante una obra que es tanto mockumentary como found-footage, además de ser una recreación al dedillo de la televisión estaudonidense setentera. Es lo que entra por los ojos en cuanto empieza, como los Cairnes (Cameron y Colin) configuran la leyenda del ficticio Jack Delroy (protagonista de la cinta interpretado por David Dastmalchian) y su programa late-night a ritmo de música setentera, colores pastel y muchos trajes elegantes. Los primeros quince minutos sirven de carta de presentación para la experiencia que te va a dar la pelÃcula.
No pienso entrar en detalles de la trama para no arruinarle la experiencia a ningún espectador o espectadora, además que la pelÃcula todavÃa no se ha estrenado en cines. En resumidas cuentas, la pelÃcula consiste en la grabación de una transmisión especial del programa Night Owls por Halloween que dejará boquiabiertos a todos los televidentes por razones ajenas a lo que los productores pretendÃan. Por si os lo preguntáis si, cumple con lo que propone al 100%, rompiendo solo el formato TV para enseñarnos B-roll como si se tratara de un detrás de cámaras del programa.
El componente terrorÃfico de la cinta va en crescendo, poco a poco introduciendo esa sensación de mal rollo hasta que se apodera de la pantalla al completo. Los actores y actrices hacen un excelente papel en transmitir ese sentimiento, sobre todo los personajes de Dastmalchian y Gordon. Con todo, también tiene sus momentos cómicos e incluso aprovecha para satirizar el satanic-panic, las conspiraciones de sectas ocultas y el afán de atención de algunas cadenas de televisión.
En definitiva, mis sensaciones tan positivas respecto a Late Night With The Devil vienen de una fascinación por las historias frescas y originales dentro del género del terror. Me parece una maravilla que, todo lo que propone, lo consigue a la perfección. Es aterradora, atrapante, divertÃdisima y está hecha con un encanto tanto por el género como por la época que es imposible no aplaudirla. Una demostración clara de las historias tan chulas que se pueden crear bajo el abanico del terror y unos directores que han firmado una verdadera joya del terror que, espero, enamore tanto como lo ha hecho conmigo.
Muchas gracias por leerme, querido lector/a. Espero que la reseña haya sido una lectura amena y que hayas encontrado otra pelÃcula que meter en tu watchlist. Yo me quedaré aquà viendo pelÃculas porque soy, El Cinéfilo Ochentero.